Artículo de opinión "Soy rapero"

Al pensar en un nuevo tema sobre el que tratar en nuestro espacio dedicado a la opinión me dí cuenta de lo importante que sería ahondar un poco en el término “rapero”Hoy en día podríamos saltar de gorra plana en gorra plana por toda España sin necesidad de pisar el suelo pero… ¿Cuántas de estas gorras planas esconden un rapero debajo? ¿Es rapero el que rapea o se necesita algo más para ser considerado como tal?

Partamos de la base de que una persona no es catalogada en un grupo u otro únicamente por realizar una serie de acciones o actividades de forma periódica. Jugar al futbol los domingos con tus amigos no te convierte en futbolista, igual que escribir una vez a la semana tampoco te convierte en escritor. Cierto es también que en los tiempos que corren se ponen demasiadas etiquetas a la ligera, y que cada uno puede tener su propia visión o interpretación de qué es o que no es un rapero, por ello realizamos una puesta en común lo más objetiva posible para aclarar el término.

La RAE nos ofrece una definición algo escasa y poco precisa: “perteneciente o relativo al rap, que canta o baila música rap”. Pasando por alto el detalle de que rapero también es quien pincha música rap o quien hace beatbox, podemos apreciar que  dicha definición no especifica ni profundiza demasiado. Aún tomándola por válida, puede que al  lector le suscite una gran duda: ¿Cómo se determina la pureza de un rapero? o dicho de otra manera ¿Cómo saber si alguien es un rapero auténtico o un fiel seguidor de las modas del momento? Aquí es donde abordamos el grueso del asunto al que yo quería llegar, y es que tanto en el rap como en resto de nuestras pasiones, la entrega incondicional se demuestra con la inversión de tiempo y de dinero.

El tiempo y el dinero son los dos grandes motores que mueven nuestro mundo. Los  hay que sólo tienen uno y los hay más afortunados que tienen ambos, pero, en cualquier caso, si no se invierte ninguno no se puede obtener recompensa. La mayor parte de la gente que se dedica a esta música lo hace por placer y sin esperar nada a cambio, la diferencia reside en cuánto tiempo y cuánto dinero invertimos. No creo que les guste lo mismo el rap a alguien que en su vida a comprado un CD que a alguien que tenga su estantería llena, igual que no creo que les guste lo mismo el rap a alguien que componga una vez al mes que a alguien que lo haga cuatro o cinco veces a la semana, ni a alguien que invierte su dinero en batallas de gallos antes que en conciertos de referentes.

No voy a negar que no todo el mundo dispone del mismo dinero o del mismo tiempo, pero sé, tanto por experiencia propia como por la de mucha otra gente, que cuando uno muestra verdadero interés, saca tiempo y dinero de donde sea. Esta diferenciación entre raperos de corazón y raperos de moda, no tiene como fin crear distancia ni discriminar a nadie, todo lo contrario: el objetivo es lanzar una reflexión sobre la unión de quienes siguen sintiendo el rap como el primer día, sobre  el mérito propio de cada uno y la pasión respaldada por años y años de dedicación, sobre quién puede decir con la boca bien grande que es rapero y demostrarlo ante quien sea…

Me gustaría cerrar mi artículo semanal con una pequeña anécdota que pueda ilustrar lo expuesto en los párrafos anteriores. Hace un mes aproximadamente vinieron a Madrid La Coka Nostra acompañados por Sick Jacken, una oportunidad de oro para ver a los estadounidenses en España que, por desgracia, muchos no supieron valorar. Dejad ya de excusaros con tópicos poco creíbles e incapaces de justificar lo injustificable: menos de 300 entradas vendidas… Me parece vergonzoso que artistas de su talla tengan el detalle de visitar nuestro país y la mayor parte de vosotros respondáis de esta manera. Después tendréis la desfachatez de quejaros porque apenas vienen grupos americanos a la península. Quien sabe si volveréis a tener la oportunidad de escuchar temazos como “Premonitions” o “Brujería” en directo, en fin…

Escrito por Manuel Arias.
@ManudoCapo